Reportan incidente en la terminal de Limones del Tren Maya

Alejandro Peza

El Tren Maya mantiene operando de manera habitual su ruta de la terminal Chetumal Aeropuerto-Cancún pese a que horas antes se reportó un incidente en la terminal de Limones.

El jueves por la madrugada, se reportó que cerca de la terminal de Limones en el municipio de Bacalar hubo un aparente descarrilamiento de un vagón de balasto, dejando al menos una persona lesionada que fue trasladada al hospital comunitario de Bacalar y posteriormente al hospital militar de la ciudad de Chetumal.

El incidente, que movilizó a los cuerpos de emergencia de la zona, resultó en la lesión de un trabajador, quien, según informes oficiales, operaba el vagón en el momento del accidente. El individuo sufrió múltiples contusiones y fue trasladado a un hospital en Bacalar para recibir atención médica.

Por ahora no se reportan daños significativos en la infraestructura ferroviaria pero se sabe que hay personal técnico revisando el área donde ocurrió este hecho. Sin embargo, la falta de transparencia en la información oficial genera desconfianza y hasta ahora no queda claro si se trató de un error humano, un fallo en el mantenimiento de las vías o un defecto en el diseño.

Un dato importante es que en marzo de 2024 se hizo público que el balasto utilizado en la obra del Tren Maya no habría pasado por un proceso de certificaciones de calidad, luego de que Amílcar Olán y los sobrinos del presidente Andrés Manuel López Obrador sobornaran al laboratorio encargado de ello para que no hiciera las pruebas físicas y químicas.

El balasto, que es la piedra que va justo debajo de las vías del tren, es fundamental para dar estabilidad al paso de los vagones, por lo que, si el material no tiene las características, el peso y el tamaño indicado, podría darse un descarrilamiento.

Sin embargo, en una serie de conversaciones entre Amílcar Olán, Pedro y Osterlen Salazar Beltrán, sobrinos del ex presidente de la República, ellos explican que cada 3 mil metros cúbicos el balasto debe someterse a pruebas de calidad en el laboratorio que se ubica en uno de los frentes del tramo seis, construido por el Ejército, pero que ellos no hicieron porque dieron su “mochadita”.

Incluso, Pedro se burla de la situación al señalar que “ya cuando se descarrile el tren”, ya será otro asunto aparte.

Asimismo, el mismo Pedro Salazar detalla cómo sobornó con 80 mil pesos al encargado de hacer las pruebas, en uno de los centros de acopio de materiales, donde se descarga el balasto que ellos le venden al Ejército, dejando pasar sin analizar, 80 mil metros cúbicos de la piedra.

Los audios también revelan que Amílcar Olán quiere vender al Ejército 200 mil metros cúbicos de balasto en el tramo 6, que va Tulum a Chetumal, los cuales tampoco pasarían por las pruebas de calidad que se exigen, y que además bloquearían a otros vendedores del material.

Hasta este momento las autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) no han emitido postura al respecto, ni las causas del percance.