Alejandro Peza
En las ciudades de Chetumal y Bacalar se vende todo tipo de pirotecnia explosiva pese a que su uso está prohibido.
Hasta ahora los vendedores han logrado burlar la «vigilancia» de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, de las Policías Municipales y de las Direcciones de Protección Civil.
A través de las redes sociales, se comercializa la pirotecnia que en un principio se difunde como de solo luces, aunque detrás de estás ventas hay quienes buscan artefactos de pólvora «maciza» o explosiva.
Desde hace años, las autoridades del sur de Quintana Roo conocen más de la mitad de la pirotecnia que se vende en esta región es de origen centroamericano y esta ingresando a Quintana Roo a través de tres cruces no autorizados de la frontera de México con Belice.
Hasta el momento se ha detectado que esta pirotecnia explosiva está ingresando por la comunidad de Caobas en la frontera con Campeche así como por la población de la Unión en la frontera de México con Belice.
El director de Fiscalización y Comercio en Vía Pública del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, Óscar Dzip Cocom, confirmó que se autorizaron al menos puntos de venta para la comercialización de estos artículos elaborados con pólvora.
Sin embargo, las Asociaciones Civiles exigen que las autoridades municipales detengan las autorizaciones de venta de articulos solo de luces, toda vez que, con esto, permiten que el clandestinaje prolifere en las redes sociales.
Sectores de la comunidad, señalan que la pirotecnia explosiva daña a niños y niñas con autismo, así como a las mascotas además de que literalmente son bombas de tiempo y son factores de accidentes.