Alejandro Peza
Un nuevo accidente se registró en el Hospital General de Chetumal cuando dos enfermeras sufrieron descargas eléctricas a causa del mal estado de la instalación eléctrica.
Este accidente se suma a la lista de incidencias que han ocurrido en este hospital pues apenas unos días atrás un trabajador de la salud sufrió también una descarga eléctrica por lo que fue internado con delicado estado de salud.
La Dirección del Hospital General de Chetumal aceptó estar rebasado para corregir los desperfectos, además de que ya no hay presupuesto para atender está situación del mal estado de la instalación eléctrica.
El pasado miércoles 23 de octubre un enfermero, de iniciales M.N., estuvo a punto de morir electrocutado durante su jornada laboral al hacer contacto con una toma de oxígeno. Por la gravedad de las lesiones fue enviado a la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) de esta capital.
Pese a ello las autoridades no resolvieron el problema, que en parte es generado por las filtraciones de agua en las instalaciones del Hospital General de Chetumal y la infraestructura que se encuentra en mal estado.
Lo peor, es que dos enfermeras más ya sufrieron descargas eléctricas, una de nombre Andrea y la otra es Noemí, pasante de enfermería del Conalep.
La primera sufrió la descarga en el área de urgencias pediátricas el jueves 24 de octubre al utilizar equipo médico, un día después de que su compañero fuera enviado al hospital. Mientras que la segunda el miércoles 30 de octubre.
Los trabajadores de la salud acusan que el personal de mantenimiento solo “van se dan su vuelta y se rascan la cabeza, y se retiran”.
Hasta el momento las autoridades del nosocomio no han detectado la fuente que provoca los desperfectos en las diversas áreas, pero lo que sí han hecho es colocar cubetas en los pasillos del hospital por los chorros de agua que caen del techo. Además de que se siguen cayendo los plafones.
El primer enfermero electrocutado fue dado de alta, pero la dirección del Hospital a cargo de Liliana Esther López Torres, pretende que firme una situación falsa de lo que le ocurrió como que “caminaba por los pasillos cuando sufre la descarga, pero en realidad estaba canalizando a un paciente. Otra cosa que ponen en el documento es que no usaba la ropa ni calzado adecuado y por eso la descarga, lo cual es falso”.
La situación es aún más grave, pues la directora Liliana López Torres, solicitó apoyo al coordinador del IMSS-Bienestar, Moisés Alejandro Toledo Pensamiento para exponerle la situación e informarle que la capacidad de la dirección del Hospital General ya fue rebasada por la situación, por lo que solicita la ayuda a través de la contratación de una empresa externa.
En el documento enviado al IMSS-Bienestar se acepta por primera vez, de manera oficial, que varios trabajadores han sufrido descargas eléctricas, entre ellos el caso del enfermero que acabó internado el 23 de octubre.
Los empleados, además de la directora, también señalan como responsables de los la negligencia a la subjefa de enfermeras, Vilma Domínguez Itzáy al jefe de mantenimiento «Guenadi», pues desde antes que que resultara electrocutado el primer enfermero, ya se habían registrado varios incidentes similares.
La Sectetaría Estatal de Salud (Sesa), pese a la gravedad de la situación no ha fijado postura al respecto.