Alejandro Peza
La ciguata es una sustancia tóxica acumulada en ciertos peces que son portadores pero inmunes a la toxina; sin embargo cuando el ser humano consume pescado contaminado, se intoxica.
Los síntomas aparecen entre las ocho y las 12 horas después de consumirlo, apareciendo: Diarrea, vómito, dolor abdominal, comezón en boca, labios y lengua, extremidades pesadas, cansancio muscular y calambres.
En los casos más graves puede generar espasmos y problemas cardiopulmonares, por lo que se recomienda acudir al médico si se ha consumido pescado y se presenta algún síntoma de alerta.
Los pescados con ciguatoxina no pueden detectarse por su apariencia, ni por su sabor u olor, y la toxina no se elimina al congelar, filetear ni cocinar el pescado, por lo que el consumo debe evitarse.
Se sabe que la ciguata es muy común de marzo a julio, pero debido a los cambios climáticos el comportamiento de esta toxina ha mutado.
Es importante que al momento de adquirir pescados y mariscos, tener el cuidado de verificar que los ojos estén brillosos, que no tenga mal olor ni la escama levantada, sobre todo en esta temporada de calor; así como adquirirlos en establecimientos fijos y que realicen el manejo adecuado de refrigeración y limpieza.
Los síntomas de la intoxicación por ciguatera incluyen debilidad, diarrea, dolores musculares y un distintivo entumecimiento alrededor de la boca, manos y pies, que puede avanzar a náuseas, vómitos y trastornos neurológicos como confusión, ansiedad y trastornos de la memoria.
La ciguatoxina, producida por algas macroscópicas, no se elimina mediante cocción o congelación, lo que aumenta el riesgo al consumir pescados de dudosa procedencia.
La SESA recomienda evitar el consumo de partes específicas de peces donde la concentración de toxinas es más alta, como el hígado, estómago y cabeza, especialmente en especies como la barracuda, mero, pargo y jurel, ya que son susceptibles a tener la toxina de la ciguata.
La SESA solicita a la población a procurar pescados de fuentes confiables y a mantenerse alerta sobre la procedencia y manipulación de los mariscos.
En caso de presentar síntomas, la secretaría insta a no automedicarse y buscar atención médica inmediata en el centro de salud más cercano.
También se solicita a la población que proporcione el resto del pescado sospechoso para un análisis de laboratorio detallado, que ayudará a prevenir futuros brotes.