Alejandro Peza
Este mes se cumplen 15 años del primer registro del pez leon en México, si bien en un principio se habían encendido los focos rojos por la depredación de esa especie invasora, actualmente se encuentra controlada en ecosistemas costeros como arrecifes, pastos marinos, manglares y estuarios.
En sus redes sociales la agrupación Comunidades Resilentes del Caribe Mexicano, destacó que gracias al ímpetu de los pescadores, buzos, pobladores, artesanas, aliados ademas de instituciones locales, federales e internacionales se han coordinado para que hoy esta especie invasora se encuentre controlada en ecosistemas costeros como arrecifes, pastos marinos, manglares y estuarios.
Señaló que el pez león es una especie ya establecida en el Caribe y su erradicación es poco probable.
Sin embargo destacó que a pesar de la amenaza que representa para las pesquerías locales se han encontrado formas de controlarlo y sobre todo de aprovecharlo.
Cabe mencionar que en Mahahual, así como también en Xcalac comunidades costeras de Othón P Blanco algunos restaurantes lo han incorporado a sus menús.
Además hay grupos de mujeres, esposas de pescadores que aprovechan las aletas y cola para elaborar bisutería y llaveros.
El pez león, también llamado pez escorpión, es originario de los arrecifes y grietas del Indo-Pacífico, aunque se ha extendido a océanos cálidos de todo el mundo.
Puede llegar a medir hasta 0,4 metros sus aletas tienen radios descubiertos por tejido, un patrón de franjas pardas y blancas y dos antenas sobre los ojos.
Es una especie invasora que se encuentra en muchos mares, en México principalmente en el Caribe, en donde desplaza a especies nativas.
En Quintana Roo se le ha ubicado en la
Biosfera del Banco Chinchorro, el Parque Nacional Arrecifes de Xcalak, el de Puerto Morelos.
También se encuentra en la Isla Cozumel, el Parque Nacional Arrecife Alacranes.
Uno de los peligros es su veneno, que expulsa a través de 18 aletas dorsales punzantes, es una herramienta defensiva
Caza a sus presas, principalmente peces y camarones, gracias a su camuflaje y a sus rapidísimos reflejos. Su picadura es extremadamente dolorosa para los humanos y puede provocar náuseas y problemas respiratorios, pero normalmente no es mortal.